lunes, 17 de noviembre de 2008

El espejo del alma


No es que sea experta en morfopsicología, ni mucho menos. Pero cuando veo a alguien por primera vez, siento que su cara le delata. No es que estigmatice a las personas por la forma de su boca o la expresión de sus ojos, pero me hago una idea de lo que puedo esperar de ellas...

Y mi teoría pocas veces ha fallado. Lo que ocurre es que, de vez en cuando, quiero esperar más de una persona con la que inevitablemente voy a tener un trato obligado. Me siento sosegada cuando me llevo bien con la gente, y aunque la primera impresión me anuncie que poco puedo esperar de la persona que tengo delante, intento, sin obtener buenos resultados, llevar la contraria a mi sexto sentido...

Por ejemplo, los ojos hablan por sí solos...Cada mirada esconde un secreto y aporta muchísima información. Nuestros iris, nuestras pupilas reflejan al mismo tiempo todas las emociones que sentimos. Por eso, nuestros luceros, nos delatan. Pero a la vez, nos ayudan a conocer mejor a los demás. La forma, el color, la intensidad o la guisa de cada mirada, dicen mucho más de lo que a simple vista se puede observar... Es esta una parte del enardecedor sexto sentido que nos acompaña...
"Quién no comprende una mirada, no comprenderá tampoco una larga explicación." (Proverbio árabe)

No hay comentarios: