
Piensa en tus partiulares sacos de boxeo. Ellos son aquellas personas que siempre están ahí cuando necesitas desahogarte, cuando dependes de un consejo, cuando una opinión o unas palabras de ánimo nos ayudan a encontrar el camino. No es bueno tener muchos sacos de éstos, ya que tus problemas estarían dispersados por el mundo como si de partículas de aire se tratara. Hay veces en las que les tenemos que pedir perdón por alargar consultas durante horas y horas sin llegar a ninguna conclusión por nuestra parte, fruto de nuestra absurda cabezonería. Pero ellos ahí siguen, prendidos del techo o aferrados al suelo. Lo importante es tener sólo los necesarios (cada uno que estime su número), pero discretos, coherentes, nobles y sabios... ¡Cuánto pido ehh! Pues tengo la suerte de tenerlos así. Y no son muchos, pero son así, magazine!!!
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