
Me encanta el vinagre, pero en la ensalada, no en el carácter...Yo me pregunto si tan difícil es ser amable, si tan difícil es sonreír, si tan difícil es contestar bien, si tan difícil es ser feliz o por lo menos intentarlo...Aunque muchas veces la felicidad no dependa de nosotros mismos, rechazarla de pleno sí está en nuestras manos. Y esto es lo que hacen algunas personas... Ahora viene mi reflexión: cuando recibas una respuesta `avinagrada´y ávida de buen humor, sin motivo alguno, alíneala con tu sabiduría, particular salero y saber estar. Ríete del mundo, de la vida y del que te la intenta amargar, porque sólo en este caso, querer no es poder... No sé si con ello conseguirás cambiar el mundo o el carácter avinagrado de los que no conocen los beneficos de la sonrisa, pero por lo menos, no dejarás que algo tan inútil te contagie y te darás cuenta de que la felicidad, tal vez, esté únicamente en tus manos...
1 comentario:
Pues no veas como es en Alemania...estos si que están avinagrados la mitad del día :-)
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