lunes, 21 de septiembre de 2009

Como en casa


Cada viernes, cuando finalizo la jornada laboral, me dispongo al volante camino de Miranda. A lo largo del trayecto pienso en alto, canto, y analizo la semana que está a punto de finalizar, a la vez que organizo mentalmente el finde que acaba de comenzar... ¡Una hora de viaje que me sirve para todo eso! Pero cuando finaliza el recorrido de la autopista y entro en el peaje, ya me siento como en casa. Y es que los trabajadores de allí (cada viernes uno distinto, por cierto) así me lo hacen sentir. ¡Ya has vuelto Laura! o ¡Mira que abandonarnos y marcharte a la Capi...! ¡Se te echa de menos! Personas que no conozco, pero que me anuncian la entrada en la que sigue siendo mi ciudad, Miranda. Cada vez siento más apego a la capital de la provincia y es que las sensaciones desde aquí han sido mucho mejores de lo que me esperaba, haciendo que me sienta `entre la espada y la pared´, y es que ya sabéis que la relación Miranda-Burgos nunca ha sido satisfactoria del todo. En definitiva, sentirse querida por la gente allá por dónde vayas es una de las mejores cosas que nos pueden pasar. Y por el momento sigo disfrutando de ese placer que espero que dure mucho tiempo. Por cierto,que la amabilidad de los trabajadores de la Autopista que une Miranda- Burgos hace que no me duela tanto la cantidad que debemos pagar en el peaje. Una cantidad que a modo de seguro de vida, nos aleja del peligro de la carretera nacional, pero que no deja de ser excesiva...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

En Miranda te echamos de menos, pero nos alegra poder seguir viéndote!!Un besote enorme!!

Alberto dijo...

Burgos es simplemente la segunda estación del viaje de ángel...
Prefiero no hablar de la N-I Burgos - Miranda porque incendio el blog... La vergüenza de la provincia, el mejor test para los amortiguadores de tu coche... Y la autopista tampoco está para tirar cohetes que digamos...
Y qué bien escribes, Laura...